¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas,
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre!.
Jesús les habla así por que no quiere una fe que solo es apariencia, esto es que solo esta por fuera, tiene el aspecto de algo, pero no es, entonces lo que El quiere y exige, es una fe “en espíritu y en verdad”. Este es el empeño, el interés que pone Jesús en hacerle ver a los escribas y fariseos y a todo el que oiga, que para dirigirse a Dios, es necesario e imprescindible tener santidad interior.
Jesús, con su excelente pedagogía, aprovecha la costumbre que se tenía de blanquear los sepulcros con cal, costumbre muy remota que existe hasta hoy día. Recordemos que el tocar un muerto producía impureza, al pintar las sepulturas de blanco, se podían identificar para no tropezarse con ellas. Con todo, Jesús, les hace a lo escribas y fariseos tropezarse con la verdad.
“Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad”
La verdad era que los fariseos a la vista de todos aparecían como hombres muy estrictos y observadores de la Ley, pero con esas apariencias tapaban y encubrían una forma de vida contrariamente a los que decían. Es así como al igual que pintar la sepulturas con cal, que es una costumbre que se mantiene hasta hoy para que aparenten limpias, también entre nosotros aún hay muchos fariseos que aparentan lo que en verdad no son.
Es así como en Jesús nos hizo abrir los ojos para ver como los fariseos, blanqueados semejantes a los sepulcros, en alta voz hablaban de su bondad, y sin embargo por dentro eran abundantes en malignidad.
Jesús de los escribas y fariseos nos dice: “Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad”. Los fariseos hicieron merito suficientes para que Jesús los regañara desaprobando su conducta, por su rechazo del Mesías, al que perseguían con oscuros propósitos, como darle muerte, algo que ellos estaban acostumbrado, porque con su forma de ser había dado muerte a hombres justos y a profetas.
¡Colmen entonces la medida de sus padres!
En efecto así nos señala Jesús: "! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!
Así es, como también tenemos que tener mucho cuidado, en caer en las mismas faltas de aquellos fariseos, esto es, aparentar los que no sentimos en la fe y ser exigente en todo lo que así esta escrito sin ser capaces de ver con el espíritu, con la verdad, con natural inclinación de hacer el bien, con espíritu de santidad y con autentica piedad. Ciertamente, no esta bien decirle o hacerle de manera intencionada y generalmente desmedida lo que se cree que puede agradar a otra persona por el solo hecho de hacerle creer algo que no es cierto, eso es hipocresía.
No hace ninguna falta que otros nos vean hacer el bien, como cuando oramos en silencio, sabemos que Dios no oye, sabemos que a Dios no le podemos ocultar nada, menos lo que hay en el fondo de nuestro corazón.
Esta enseñanza de Jesús, sirva para que tomemos conciencia, de lo parecido que podemos ser o que somos a los sepulcros blanqueados, nosotros nos conocemos y sabemos como somos por dentro, pero no siempre tenemos conciencia de ello. Nuestra sociedad, esta llena de historias responsables del sufrimiento y de la muerte de muchos hermanos y hermanas, ¿vamos a reparar esto con solo construir bellas tumbas y monumentos?, ¿no será esto ir por el remedio fácil?. Ruego a Dios que no seamos indiferentes, o que guardemos distancia o que solo nos dediquemos a criticar.
De corazón
Pedro Sergio
martes, 25 de agosto de 2009
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