sábado, 26 de septiembre de 2009

LUCAS 9, 18-22

¿Quién es Jesús?

Por todas partes del mundo se oye ésta pregunta: ¿Quién es Jesús?, y la respuesta es muy importante por sus consecuencias. Nosotros como cristianos y frente a esta formulación, tenemos que saber que responder, porque de nuestra respuesta dependerá mucho la vida que seguirá quien la oiga y quien la dice.

Pero también debemos nosotros preguntarnos algo trascendente, ¿Quién creemos que es Jesús?, ¿Qué es para nuestra vida?, ¿nos transforma y nos hace cambiar de actitud Jesús?

Frente a estos interrogantes, tenemos que responder sin vacilación o tropiezo al hablar, en la pronunciación o en la elección de las palabras, y lo que más importa es con el testimonio de nuestra vida, a fin de respaldar y hacer creíbles nuestras palabras.

Jesucristo, es el único Hijo de Dios, Ungido por el Padre para traernos la salvación, no hay otro, el es nuestra esperanza, el es nuestra promesa, a El tenemos que descubrir, como lo hizo Pedro, por eso es preciso que nos pongamos en disposición de ser iluminado por el Espíritu Santo, único capaz de descubrir los corazones abiertos a EL.

Pedro, tomando la palabra, respondió: “tú eres el Mesías de Dios”

Que podemos responder ahora nosotros frente a esta pregunta: ¿Quién dicen que soy yo?. Frente a la pregunta Pedro respondió: "Tú eres el Mesías de Dios" y nos damos cuenta que Pedro esta iluminado por la luz del Espíritu Santo, por eso penetra y descubre la personalidad de Jesús, y le es sencillo reconocer al elegido de Dios, al Hijo de Dios.

El que quiera descubrir, encontrar y hallar a Jesús, tiene que hacerlo con mucha fe, solo así puede ser capaz de penetrar en el profundo misterio que encierra Jesús.

Desde principios de siglo I hasta ahora, ha estado presente la búsqueda de tratar de conocer y reconstruir la vida de Jesús de diversos modos. Sin embargo, muchos pasan por alto y guardan silencio para abstenerse de hablar de lo que no tiene una explicación racional, y de esta forma pretenden decir que los prodigios del Señor no dejan de ser un mito.

Otros, buscan conocer a Jesús, a través del apoyo cierto o verdad en lo que se dice o se hace por la razón, e incluso a través de la ciencia histórica, con lo cual casi no se llega a conocer a Jesús. Del mismo modo, no faltan los que a través de historias literarias y de ciencia ficción, pretenden establecer quien era y a que vino Jesucristo, creando falsas conjeturas, respaldadas en juicios o idea que se forman a partir de indicios o de datos incompletos o no comprobados. Con esto ha formado un Jesús, mágico, taumaturgo, un revolucionario, un maestro de filosofías esotéricas, algo ocultas, que resultan incomprensible o de difícil acceso para la mente

Los prejuicios de los libres pensadores, idealistas y racionalistas, alegan y sostienes que es imposible que Jesús sea Dios, y no aceptan la realidad palpable de sus milagros.

¿Como era Jesús?
Jesús, Hijo de Dios, vivió e hizo cosa de hombres, trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, participo en la vida de los hombres, obró con voluntad de hombre, sufrió como los hombres, amó con corazón de hombre.

Cuando leemos los Evangelios, no encontramos ninguna descripción del aspecto físico de Jesús, solo de un modo espiritual nos imaginamos como era, sin embargo, si leemos con detención cada uno de los Evangelios, nos podemos dar cuenta de detalles muy importantes. Los seres humanos nos acercamos siempre a las personas amables, la gente buena nos atrae y nos simpatiza, entonces para que muchos acudieran a El y no quisieran dejarlo, Jesús debe haber irradiado amabilidad y simpatía. Para que miles estuvieran atentos y hasta sin pensar en comer para oírle, debe haber sido muy dulce y atractivo su hablar, suave y agradable al oído. Del mismo modo, debe haber tenido una atracción divina, así lo presintieron ciegos al oír sus pasos, sabían que era de Jesús. También debe haber sido un Maestro inspirador, con charlas pedagógicas incansables de escuchar y aprender. A Jesús acudían los enfermos, los ancianos y los niños, El los oía y les imponía las manos, por tanto Jesús debe haber tenido modales muy agradables e inspirador de muchos afectos.

Jesús, el Mesías, El Cristo, Jesucristo, el Hijo de Dios, nos invita a que cada uno conozca cada vez más de El, es nuestro Salvador, y no hay mejor forma que leyendo los evangelios, empapándose de su mensaje, conversándolo en familia o con los amigos, y con especial dedicación con el mismo Señor Jesucristo

De Corazón

Pedro Sergio

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