martes, 29 de septiembre de 2009

JUAN 1,45-51

Felipe encontró a Natanael

Cuando Jesús volvió para Galilea, encontró a Felipe y le llamó y le dijo: ¡Sígueme!, y cuando Felipe encontró a Natanael y le dijo: Hemos hallado a Aquél de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".

Felipe habla de Jesús, de aquel hacia quien se orientaba las escrituras. Entonces Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". Es posible, que esta sea una respuesta apresurada y motivada por las tradicionales rivalidades entre una aldea y otra. Por otra parte, era sabido que el Mesías, no vendría de Nazaret, sino que de Belén de Judea.

"Ven y verás", le dijo Felipe, esta es la misma respuesta de Jesús a Juan y Andrés cuando siguieron a Jesús, y Felipe además tiene el mismo entusiasmo de Andrés cuando le contó a su hermano Pedro: hemos encontrado al Mesías.

Es el tema de siempre, seguir a Jesús, es un asunto de encuentro personal con Jesucristo y, es de libre elección, es de libre convencimiento. Nos encontramos con Jesús y advertimos algo extraordinario en nosotros que deseamos compartir con nuestros amigos cercanos, entonces les decimos vengan y verán, para que también experimenten como nosotros.

"¿De dónde me conoces?"

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".

La mirada de Jesús, es profunda sobre los hombres, es tal que lee sus corazones, así debe haber sucedido con Natanael y lo elogia: “Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". De este modo el Señor nos esta comunicando como es el alma de Natanael y los tipos de hombres que él necesita para su apostolado, hombres con amor a la verdad y sin dobleces, es decir si hipocresías, sin fingimientos.

Natanael, nos enseña la energía del hombre que busca y cuando tiene un encuentro personal con Jesús, muestra un extraordinario acto de fe, convirtiéndose así en el testigo viviente del verdadero creyente que, a la luz de la Palabra del Señor, y por medio de la fe, reconoce en Jesús a su único Salvador y, es así como le dice: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".

"Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees

Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees. Verás cosas más grandes todavía".

Cuando Jesús se refiere a la higuera, es porque este árbol era el símbolo de Israel y cuado se refiere a un verdadero israelita, describe a un hombre auténtico, que es capaz de ver la verdad y cuando se encuentra con esta verdad (Jesús), es capaz de convertirse. Como muchos otros israelitas, en un primer momento consideraban que de Nazaret no podía surgir el Mesías, pero al encontrarse con Jesús cambian de parecer.

Jesús, vio en Natanael, un hombre fiel, por esa razón él le dice: “Verás cosas más grandes todavía" y esta promesa, es hoy para todos nosotros. Y es la misma promesa que nos hace hoy si lo seguimos con fidelidad: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

Oh Señor, ciertamente, nuestro primer encuentro contigo, parece desconcertarnos, en especial cuando comprendemos lo bien que nos conoces. Permítenos entablar un diálogo contigo, a fin de que tengamos un conocimiento recíproco de la experiencia de seguirte.

De Corazón

Pedro Sergio

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