sábado, 19 de septiembre de 2009

LUCAS 8, 1-3

Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la buena noticia del reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres.

Acompañar a Jesús, caminar junto a él.


¿Hacia donde va nuestra vida?, ¿hacia donde caminamos?, ¿a que vamos?, pareciera fácil responder si decimos a la vida eterna, caminamos hacia la eternidad y vamos a contemplar a Dios, esa es la meta que no hemos programado.

Ahora bien ¿como se llega?, seguramente cada uno pensará en un determinado camino, pero yo tengo la convicción que para llegar de forma segura, es acompañando a Jesús, caminar junto a Jesús, seguir sus pasos, “Entonces dijo Jesús a sus discípulos, "si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame. Porque el que su alma quisiere salvar, la perderá. Mas el que perdiere su alma por mí, la hallará". (Mt-16,24-25)

La gracia es un don gratuito que el Señor da a los hombres para alcanzar la gloria, y con cuanto amor Jesús nos ofrece la gracia de su compañía, que gran oportunidad la que nos entrega Cristo para estar cerca de El, caminar junto a EL, es una invitación a caminar con un paso seguro hacia la casa del Padre. ¿Como respondemos a esta invitación?, ¿la hacemos esperar?, ¿le ponemos condiciones?

Las dificultades del acompañamiento

Acompañar a Jesús en todo, es un camino difícil, pareciera fácil, pero no lo es, debe dejarse de lado ese deseo excesivo de mostrar las propias cualidades y de que sean reconocidas y alabadas, no es para vanagloriarse o ser presumido, se debe dejar de lado el aprecio excesivo hacia todo lo que se considera un bien material, hay que olvidarse del amor excesivo hacia uno mismo, que lleva a prestar una atención desmedida a los propios intereses sin ocuparse de los ajenos.

Además, es un camino agotador, y no hay elección de un camino fácil y si lo hacemos con una carga pesada en nuestro corazón aún se hace más difícil. La intención no es desanimarlos, pero ¿de que otra forma podríamos ser digno de caminar junto a Jesús?, si no es con un corazón limpio, sin vanidad, sabiendo amar profundamente a los más pobres, a los mismos que ama el Señor, ¿como podríamos caminar junto a El, si no podemos deshacernos de las cuestiones materiales?.

hay que alimentarse bien de su palabra,
Es necesario comprender, que solo el camino de la fe es por donde se camina junto a Jesús, es necesario darse cuenta lo importante que es caminar junto a Cristo, para considerar que vamos por el camino correcto, hay que estar atento a sus señales, hay que responderle siempre en forma positiva, no se debe perder el rumbo, hay que alimentarse bien de su palabra, para tener esa energía y esa vigorosidad, esa fuerza y vitalidad para caminar a su paso, para no mirar hacia atrás, y no desalentarnos por muy difícil que sea, por mucho sudor y lagrimas que nos provoque.

Todo esto es absolutamente recompensado, porque cuando caminamos junto a Jesús, cuando lo llevamos a nuestro lado, llevamos el aliento del Señor en el oído, El nos va confortarnos, el nos transforma y vemos nuestra vida de forma distintita, y si no empapamos de el, nuestro pasos son alegres y son seguros para llegar a nuestra meta, y en ese instante sabemos hacia donde va nuestra vida, hacia donde vamos y a que vamos.

Hemos sido privilegiados al recibir el bautismo, nuestra vida es un don de Dios, somos elegidos por Dios, y Jesús no acompaña en nuestra vida, sintamos su presencia, no estamos solos, Jesús es el camino y la puerta de entrada, nos esforzamos porque el esfuerzo se recompensa con el Reino de los Cielos, el Evangelio no indica cada día como seguir por la ruta sin error, la fidelidad a su palabra no indica el camino, es así, como en cada silaba descubrimos las enseñanzas de Cristo, en cada expresión el nos pide caminar junto a El, no dudemos en aceptar esta invitación para acompañar a Jesús, todo juntos, hombre y mujeres.

De Corazón

Pedro Sergio

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